En unos de mis tantos viajes a Perú, tuve la oportunidad de visitar el Valle de Colca con su impresionante Cañón, dos veces más grande que el Gran Cañón alcanzando una profundidad de 4160 metros en algunos sectores.
Mi viaje empezó en la ciudad de Arequipa, desde ahí tomamos un bus que nos llevó por una carretera rodeada de paisajes altiplánicos y montañas hasta la ciudad de Chivay (3.636 msnm), el viaje dura alrededor de 3 horas, y es recomendable que el viajero haga una parada a mitad de camino para beber un Mate de Coca ya que a medida que avanza la ruta se pueden sentir los efectos de la altura para aquellos que no estén muy acostumbrados.
El pueblo de Chivay es una pequeña localidad en donde aún viven descendientes de los pueblos originarios de la zona, rodeada de montañas tiene varias alternativas de alojamiento. Cerca de ahí se puede ir directamente a las termas de La Calera (entrada 15 soles), no muy lujosas pero relajantes para el viajero que espera una pausa después de un largo recorrido.
Una vez de haber tomado un buen descanso, la esperada aventura empezó en la madrugada del día siguiente, nos fuimos en bus hacia valle de Colca. La primera parada fue en el pequeño poblado de Maca, ahí las bajas temperaturas altiplánicas vencieron todas las capas de ropa que llevaba puesta, y a pesar del intenso sol de la mañana, el frío era el principal dueño del lugar. Me impresionaba ver a aquellas pequeñas niñas bailando danzas tradicionales con sus pies curtidos cubiertos sólo con unas humildes sandalias. Todo el poblado estaba rodeado de artesanos y mujeres que llamaban a los visitantes a fotografiarse con águilas, alpacas y vicuñas.
El camino continuó directamente a la entrada del valle con una vista a una formación natural sorprendente, abriéndose a impresionantes acantilados. Llegamos temprano a nuestro punto de destino, para finalmente tener contacto con el majestuoso amo y señor del valle, el Cóndor. Animal sagrado de los incas, un ave rapaz capaz de mostrar todo esplendor en su vuelo.
El mejor lugar de avistamiento es el llamado “Cruz del Cóndor”, es importante llegar temprano ya que estas aves prefieren la mañana para ir en busca de comida. Y por supuesto que hay mucha gente impaciente de capturar una buena foto con ellos; lo mío fue no impacientarme… me dejé llevar por la naturaleza altiplánica observando el vuelo libre y sagrado.
En la tarde regresamos, y aunque me sentía con efectos de “mal de Alturas”, después de mi mate de coca, me fui a descansar feliz de poder tener la oportunidad de disfrutar esta aventura mística de Colca y su vuelo de Cóndores.
Algunas Fotos